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Cómo conservar y transportar la comida como mochilero

Si te gusta viajar con mochila, sabrás que uno de los aspectos más importantes es la alimentación. No solo se trata de comer bien y variado, sino también de evitar que la comida se estropee o atraiga a animales indeseados. Por eso, en este artículo te vamos a dar algunos consejos y técnicas para conservar y transportar la comida como mochilero, de forma segura, práctica y ecológica.

Elige alimentos adecuados para tu viaje

Lo primero que debes hacer es planificar qué alimentos vas a llevar en tu mochila, teniendo en cuenta el tiempo que vas a estar fuera, el clima, el espacio y el peso disponibles. Lo ideal es elegir alimentos que sean nutritivos, energéticos, ligeros, compactos y que no necesiten refrigeración ni mucha preparación. Algunos ejemplos son:

  • Frutos secos, semillas, fruta deshidratada y barras de cereales: son fuentes de proteínas, grasas saludables, fibra, vitaminas y minerales. Te aportan energía y saciedad, y se conservan bien a temperatura ambiente.
  • Cecina, salami, queso curado y atún en lata: son fuentes de proteínas animales, que te ayudan a mantener la masa muscular y la fuerza. Se pueden consumir sin cocinar y tienen una vida útil larga.
  • Arroz, pasta, couscous, lentejas y garbanzos: son fuentes de hidratos de carbono complejos, que te dan combustible para tus actividades. Se pueden cocinar fácilmente con agua caliente y se pueden combinar con otros ingredientes para hacer platos variados.
  • Sopas, purés y salsas deshidratadas: son fuentes de líquidos, que te ayudan a hidratarte y a prevenir el estreñimiento. Se pueden preparar con agua caliente y se pueden usar para dar sabor a otros alimentos.
  • Chocolate, galletas, caramelos y miel: son fuentes de hidratos de carbono simples, que te dan un aporte rápido de energía y te levantan el ánimo. Se pueden consumir como tentempié o postre, y se conservan bien a temperatura ambiente.

Usa recipientes apropiados para guardar la comida

Lo segundo que debes hacer es elegir los recipientes adecuados para guardar la comida en tu mochila, teniendo en cuenta la durabilidad, la higiene, el espacio y el impacto ambiental. Lo ideal es usar recipientes que sean resistentes, impermeables, herméticos, reutilizables y reciclables. Algunos ejemplos son:

  • Tarros de cristal: son ideales para guardar alimentos líquidos o húmedos, como sopas, salsas, mermeladas o conservas. Son duraderos, fáciles de limpiar y no alteran el sabor de los alimentos. Eso sí, hay que protegerlos bien para que no se rompan y ocupan bastante espacio.
  • Bolsas de silicona: son ideales para guardar alimentos sólidos o secos, como frutos secos, cereales, pasta o arroz. Son flexibles, ligeros, impermeables y herméticos. Se pueden lavar y reutilizar muchas veces, y ocupan poco espacio.
  • Telas enceradas: son ideales para envolver alimentos como pan, queso, fruta o verdura. Son naturales, biodegradables y antibacterianas. Se pueden limpiar con un paño húmedo y reutilizar varias veces, y se adaptan al tamaño y la forma de los alimentos.
  • Tarros de conserva: son ideales para almacenar alimentos cocinados, como caldos, potajes o guisos. Son metálicos, resistentes y herméticos. Se pueden reciclar después de usarlos, y se pueden calentar al baño maría o al fuego directo.

Sigue unas normas básicas de seguridad alimentaria

Lo tercero que debes hacer es seguir unas normas básicas de seguridad alimentaria, para evitar que la comida se contamine o se deteriore, y para prevenir posibles intoxicaciones o enfermedades. Algunas de estas normas son:

  • Lava bien tus manos, los utensilios y los alimentos antes de manipularlos o consumirlos. Usa agua potable o hervida, y jabón o desinfectante.
  • Separa los alimentos crudos de los cocinados, y los perecederos de los no perecederos. Usa recipientes diferentes y etiquétalos para identificarlos.
  • Cocina los alimentos a una temperatura adecuada, y consúmelos lo antes posible. Si te sobra comida, déjala enfriar y guárdala en un recipiente cerrado en un lugar fresco y seco.
  • No reutilices el agua de cocción de los alimentos, ni la mezcles con agua de otras fuentes. Puede contener microorganismos o sustancias nocivas.
  • No dejes la comida al alcance de los animales, ni la tires en la naturaleza. Usa un sistema de almacenamiento seguro, como un contenedor metálico o una bolsa colgada de un árbol. Lleva contigo una bolsa para recoger los desperdicios y deposítalos en un lugar adecuado.

Como has visto, conservar y transportar la comida como mochilero no es tan difícil si sigues unos consejos y técnicas sencillos. Así podrás disfrutar de tu viaje sin preocuparte por la comida, y sin dejar huella en el medio ambiente. Esperamos que este artículo te haya sido útil, y que lo pongas en práctica en tu próxima aventura. Si quieres saber más sobre este y otros temas relacionados con el mochilerismo, no dudes en seguir leyendo nuestro portal de noticias. Te deseamos un feliz viaje y un buen provecho.

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