¿Te gusta viajar y explorar nuevos lugares? ¿Te preocupa no tener suficiente comida o que se te estropee en el camino? ¿Quieres ahorrar dinero y espacio en tu equipaje? Si has respondido sí a alguna de estas preguntas, este artículo es para ti. Te vamos a enseñar cómo hacer tu propia comida deshidratada para llevar en tus viajes y conservarla por mucho tiempo. La comida deshidratada es aquella que ha perdido la mayor parte de su agua mediante un proceso de secado, lo que evita el crecimiento de microorganismos que la puedan deteriorar. Además, la comida deshidratada conserva la mayoría de sus nutrientes, sabor y aroma, y ocupa menos espacio y peso que la comida fresca. ¿Qué más se puede pedir?
Los beneficios de la comida deshidratada
La comida deshidratada tiene muchas ventajas para los viajeros, entre las que se encuentran:
- Es más ligera y compacta que la comida fresca, lo que facilita su transporte y almacenamiento.
- Tiene una larga vida útil, ya que puede durar meses o incluso años si se guarda en un lugar seco y oscuro.
- Es más económica que la comida preparada o envasada, ya que se puede hacer con alimentos de temporada o de oferta.
- Es más saludable que la comida procesada, ya que no contiene aditivos ni conservantes artificiales.
- Es más versátil y personalizable, ya que se puede deshidratar casi cualquier alimento y combinarlo con otros ingredientes según el gusto de cada uno.
Los métodos para deshidratar alimentos
Existen diferentes métodos para deshidratar alimentos, desde los más tradicionales hasta los más modernos. Algunos de los más comunes son:
- El secado al sol: Es el método más antiguo y natural, consiste en exponer los alimentos al sol durante varios días hasta que pierdan su humedad. Se necesita un clima seco y soleado, y una superficie limpia y ventilada donde colocar los alimentos. Se recomienda cubrirlos con una tela o una malla para evitar el contacto con insectos o animales.
- El secado al horno: Es el método más accesible y rápido, consiste en introducir los alimentos en el horno a una temperatura baja (entre 40ºC y 60ºC) durante varias horas hasta que se sequen. Se necesita un horno eléctrico o de gas, y una bandeja o rejilla donde colocar los alimentos. Se recomienda dejar la puerta del horno entreabierta para facilitar la salida del vapor.
- El secado con deshidratador: Es el método más eficaz y profesional, consiste en utilizar un aparato eléctrico que genera calor y circula aire caliente alrededor de los alimentos hasta que se deshidraten. Se necesita un deshidratador de alimentos, que puede tener diferentes tamaños, formas y funciones. Se recomienda seguir las instrucciones del fabricante para ajustar el tiempo y la temperatura según el tipo de alimento.
Los consejos para deshidratar alimentos
Para obtener unos buenos resultados al deshidratar alimentos, es conveniente seguir algunos consejos, como:
- Elegir alimentos frescos, maduros y sin defectos, ya que la calidad de la materia prima influye en el resultado final.
- Lavar, pelar y cortar los alimentos en trozos pequeños y uniformes, ya que así se facilita el proceso de secado y se evita el desperdicio.
- Escaldar las verduras antes de secarlas, ya que así se inactivan las enzimas que pueden alterar su color, sabor y textura.
- Sumergir las frutas en zumo de limón o naranja antes de secarlas, ya que así se evita su oxidación y se conserva su aspecto original.
- Sazonar las carnes o pescados antes de secarlos, ya que así se potencia su sabor y se previene el crecimiento de bacterias.
- Colocar los alimentos en una sola capa y sin superponerlos, ya que así se asegura un secado uniforme y completo.
- Controlar el tiempo y la temperatura del secado, ya que dependiendo del método y del tipo de alimento, pueden variar entre unas pocas horas y varios días, y entre 40ºC y 60ºC.
- Comprobar el grado de deshidratación de los alimentos, ya que deben estar secos pero flexibles, sin partes blandas ni pegajosas.
- Enfriar y almacenar los alimentos deshidratados, ya que deben estar a temperatura ambiente antes de guardarlos en un recipiente hermético, preferiblemente de vidrio o metal, y en un lugar fresco, seco y oscuro.
¿Te animas a hacer tu propia comida deshidratada?
Como has visto, hacer tu propia comida deshidratada para llevar en tus viajes y conservarla por mucho tiempo es muy fácil y tiene muchos beneficios. Solo necesitas unos pocos ingredientes, un poco de tiempo y un método de secado. Así podrás disfrutar de una comida sabrosa, nutritiva y duradera en cualquier lugar y momento. ¿A qué esperas? Prueba a deshidratar tus alimentos favoritos y sorpréndete con los resultados. Y si quieres saber más sobre este tema y otros relacionados con el mundo de la gastronomía, no te pierdas nuestro blog. Te deseamos un buen viaje y un buen provecho.